Una revisión anual de la videovigilancia comunitaria no es suficiente, debe comprobarse cada día

Para que la seguridad funcione de verdad, no basta con revisar una vez al año. En segurikus, chequeamos cada sistema los 365 días del año para asegurar que esté listo cuando más se necesita.

La mayoría de las comunidades de propietarios realizan una revisión técnica de su sistema de videovigilancia una vez al año, habitualmente antes del invierno. Es un buen gesto, pero insuficiente.

En segurikus, después de años de experiencia, sabemos que revisar una vez al año es, en realidad, un error que puede costar caro. Que un sistema funcione hoy no garantiza que lo haga mañana. Por eso, hemos desarrollado un modelo basado en la supervisión diaria, que permite detectar cualquier fallo antes de que suponga un problema real.

Porque en cuestiones de seguridad, las excusas no graban imágenes.

Los peligros de confiar en una revisión anual

Cuando llega el invierno, proliferan las recomendaciones para hacer una revisión anual del sistema de videovigilancia: comprobar el estado de las cámaras, revisar conexiones, limpiar domos, actualizar software…

Todo eso está bien, por supuesto. Pero la realidad es que muchos de los problemas que impiden que una cámara grabe, cuando más se necesita, ocurren en cualquier momento del año.

Y muchas veces, ni siquiera se notan.

Una tela de araña, una limpieza que cambia el ángulo de una cámara, un disco duro que se llena antes de lo previsto, una desconexión por una subida de tensión… son ejemplos reales de incidencias que hemos encontrado en comunidades aparentemente bien mantenidas. Y ninguna de ellas habría sido detectada a tiempo con una revisión anual.

365 días, 365 oportunidades de evitar un fallo

En segurikus, trabajamos con una premisa sencilla pero contundente: la seguridad debe estar activa cada día del año.

Nuestro sistema de trabajo se basa en verificaciones diarias del sistema, porque no hay forma más eficaz de garantizar que las cámaras cumplen su función.

Lo hacemos a través de herramientas específicas que revisan cada elemento del circuito cerrado de televisión: estado de las cámaras, conexiones, grabaciones, alertas, almacenamiento y calidad de imagen.

Pero también aplicamos la experiencia: la tecnología no lo detecta todo. Los técnicos de segurikus están entrenados para anticiparse a situaciones que el software no puede prever. Porque los fallos humanos, los errores cotidianos y los imprevistos son parte de la vida en comunidad.

Por qué las alarmas automáticas no lo son todo

Hoy en día, los sistemas de videovigilancia cuentan con alarmas automáticas: te avisan si hay cortes de grabación, si una cámara deja de enviar señal, si el disco está lleno o si hay una desconexión. Son útiles, pero no suficientes.

Nos hemos encontrado con casos en los que la cámara no estaba caída, pero alguien había tapado el objetivo con una caja, o donde la cámara grababa, pero su ángulo había cambiado y no cubría el punto crítico. Y lo peor: nadie lo supo hasta que ocurrió algo.

Por eso, las revisiones deben ser humanas, frecuentes y con criterio técnico.

Cada pequeño fallo es una oportunidad perdida

En segurikus hemos visto cómo un mal encuadre, un foco mal orientado o un fallo de grabación han impedido identificar a una persona que accedió sin autorización, o no se pudo demostrar quién causó un desperfecto en una zona común. Y eso genera frustración entre vecinos y problemas para los administradores.

Cuando el sistema no funciona justo cuando hace falta, la sensación de desprotección es total.

Por eso, desde nuestra experiencia, recomendamos a todas las comunidades abandonar el modelo de “revisión puntual” y pasar al de “revisión continua”. Porque la seguridad de verdad no se improvisa.

Nuestro modelo: vigilancia sin descanso

En segurikus ofrecemos mucho más que un sistema de cámaras. Ofrecemos un modelo de gestión preventiva, transparente y continuada.

  • Verificamos diariamente el funcionamiento del sistema.
  • Revisamos grabaciones de prueba periódicas.
  • Evaluamos el estado de los dispositivos.
  • Detectamos anomalías que los sistemas automáticos no perciben.
  • Comunicamos de inmediato cualquier incidencia al administrador/a o presidente/a.
  • Acompañamos a la comunidad en todo el proceso, con criterios de legalidad y convivencia.

Y lo hacemos sin molestar, sin intervenir en el día a día, pero siempre atentos. Porque esa es nuestra forma de entender la videovigilancia: como una herramienta al servicio de la buena convivencia vecinal.

La diferencia entre estar cubiertos y creer que lo estamos

Las comunidades que trabajan con segurikus saben que, ante cualquier incidencia, tendrán imágenes nítidas, grabaciones disponibles y un equipo técnico detrás que ha estado supervisando todo antes, durante y después. Y eso cambia por completo la manera de afrontar un conflicto.

Porque cuando ocurre algo, lo único que importa es tener pruebas. Y tenerlas a tiempo.

En invierno, y en cualquier estación

Claro que es importante preparar el sistema para el invierno. Las lluvias, el frío, las heladas y la menor iluminación natural hacen que la videovigilancia sea más necesaria que nunca. Pero, si se ha trabajado bien durante todo el año, la revisión de invierno es una formalidad, no una urgencia.

Lo que no vale es acordarse del sistema cuando algo falla. Porque para entonces, ya es tarde.